
Después de dar una vuelta por varios blogs amigos, tengo aproximadamente unos 8 o 10 temas de los que me gustaría hablar. Hasta aquí no hay ningún problema, incluso sería genial si no fuera por la sensación que tengo de no tener ni idea de por donde empezar. Para definir metafóricamente mi sentimiento actual, diría que a Sócrates se le ha caído un pelo que al caer al suelo ha aplastado mi mundo entero. Como supongo que no ha quedado muy claro ya que las metáforas no son lo mío, lo explicaré de otra forma. Me he sorprendido a mi mismo por enésima vez haciéndome la misma reflexión que ya se hacía el unos 2500 años antes, aquello de “Solo se que no se nada”.
Cuando publiqué mis primeras reflexiones en este blog hace ya unos 6 meses, lo hice como un ejercicio introspectivo, buscando además dar salida a una serie de cosas que tenía dentro. Ahora que ha pasado el tiempo, me doy cuenta de que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he llevado a cabo por iniciativa propia. Jamás habría osado imaginar que me sería posible aprender tanto y tan rápido y que se abriría ante mí un universo tan vasto de información. Además estoy convencido que desde mi situación actual solo alcanzo a ver un 0,000001 % de la información disponible.
Debido a la falta de tiempo, que es la lacra de nuestra sociedad, me veo en la necesidad de administrar el tiempo concienzudamente con el fin de poder asomarme de vez en cuando a este fascinante mundo. Me doy cuenta de la imposibilidad de leer, asimilar, razonar o cuestionar siquiera una pequeña parte de lo que me interesa, lo que me lleva a tener que elegir. El sabio refranero español dice con mucha razón aquello de “aprendiz de todo, maestro de nada”.
¿Por donde empiezo?
¿Qué leo?
¿De que hablo?
No os asustéis, no me he vuelo loco, simplemente es una pequeña crisis existencial de las supongo muchas que tendré que afrontar. Me he dado cuenta por enésima vez de que aún soy más pequeño de lo que pensaba (pese a mis 190 cm)
Me aterra descubrir el tremendo valor que tiene el tiempo, y como lo desaprovechan la mayoría de mis amigos, familiares y coetáneos varios, sentados ante la tele viendo basura sin ser conscientes del valioso e irrecuperable tesoro que están dilapidando segundo a segundo
Cuando publiqué mis primeras reflexiones en este blog hace ya unos 6 meses, lo hice como un ejercicio introspectivo, buscando además dar salida a una serie de cosas que tenía dentro. Ahora que ha pasado el tiempo, me doy cuenta de que ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he llevado a cabo por iniciativa propia. Jamás habría osado imaginar que me sería posible aprender tanto y tan rápido y que se abriría ante mí un universo tan vasto de información. Además estoy convencido que desde mi situación actual solo alcanzo a ver un 0,000001 % de la información disponible.
Debido a la falta de tiempo, que es la lacra de nuestra sociedad, me veo en la necesidad de administrar el tiempo concienzudamente con el fin de poder asomarme de vez en cuando a este fascinante mundo. Me doy cuenta de la imposibilidad de leer, asimilar, razonar o cuestionar siquiera una pequeña parte de lo que me interesa, lo que me lleva a tener que elegir. El sabio refranero español dice con mucha razón aquello de “aprendiz de todo, maestro de nada”.
¿Por donde empiezo?
¿Qué leo?
¿De que hablo?
No os asustéis, no me he vuelo loco, simplemente es una pequeña crisis existencial de las supongo muchas que tendré que afrontar. Me he dado cuenta por enésima vez de que aún soy más pequeño de lo que pensaba (pese a mis 190 cm)
Me aterra descubrir el tremendo valor que tiene el tiempo, y como lo desaprovechan la mayoría de mis amigos, familiares y coetáneos varios, sentados ante la tele viendo basura sin ser conscientes del valioso e irrecuperable tesoro que están dilapidando segundo a segundo