jueves, 3 de mayo de 2007

Nuestro especial 2 de mayo



Estos días hemos podido ver imágenes de protestas callejeras, persecuciones, cargas policiales, heridos y agresiones entre los jóvenes y la policía que estos reclaman está para protegerles.
A tenor de esto se podría pensar que esta gente está luchando por defender sus derechos, pidiendo acceso a una vivienda, mejoras en la educación o cualquier otro tipo de reivindicación social que es lo que siempre nos ha movido a los jóvenes, pero no es así. Piden libertad para divertirse.

A mi me parece muy bien, siempre he sido una persona con un especial gusto por la diversión, me encanta salir y pasarlo bien, de día, de noche, subiendo una montaña o tomando unas copas con los amigos a las 3 de la mañana. En esta ocasión, sin embargo, creo que los jóvenes están equivocados. La libertad de unos termina donde empieza la de otros y es más importante el derecho a que un vecino que mañana trabaja pueda descansar que el suyo a "divertirse" de cierta manera. Con esto de cierta manera me refiero a estar bebiendo en la vía pública, tirando botellas y vasos, gritando, orinando, dañando el mobiliario urbano, etc (todos hemos visto situaciones similares además de las imágenes de estos días). Hay que tener en cuenta que además de gente que trabaja, en los barrios vive gente enferma, con problemas para dormir, bebes y gente que en definitiva tiene todo el derecho del mundo a descansar y a poder salir al día siguiente por la mañana a pasear por la calle sin que parezca un estercolero.

Ahora voy a analizar lo que estos jóvenes llaman "sus derechos". El hombre desde siempre tiende a defender lo que es suyo y a codiciar lo que no, y es esta última codicia la que no le permite disfrutar de lo que tiene sino que sufre por lo que no. Hemos asumido el derecho a lo que se llama "Botellón" por el hecho de que lleva años haciéndose con la permisividad de las autoridades aunque sea delito. En este lugar y en este momento, por las circunstancias que sean (seguro que son políticas, electoralistas o vete tu a saber) este comportamiento se persigue como tenía que haberse hecho desde el primer día y claro, nosotros lo percibimos como una agresión a nuestro derecho de hacer lo que nos venga en gana sin importar si es legal o no.

Estoy de acuerdo en que los que inician el alboroto no es el total del colectivo, ni mucho menos, pero es correctísimo y normal que ante un desafió a la autoridad de estas características, la policía utilice la fuerza para disolver la CONCENTRACIÓN ILEGAL, y si esta gente se vuelve hostil lanzando objetos, hiriendo agentes y quemando contenedores, es completamente legítimo que actúen los antidisturbios. No solo es que sea normal y legítimo, sino que es su trabajo, para eso les pagamos. Además allí hay gente de todo tipo: El delincuente con ganas de pelea, el que se deja arrastrar por los actos de unos cuantos y acaba apedreando a la policía, el curioso que está allí no por beber, sino por ver de primera mano (como si fuera una atracción de un parque temático) lo que se sabía perfectamente que ocurriría y que le encanta la sensación de correr delante de la policía "como en los videojuegos", la gente que dice que iba paseando sin tener nada que ver y se llevó más de un palo (a mi no me engañáis, estabais curioseando. Como decía mi abuelo, si no quieres polvo, no vayas a la era).

En fin, lo que más curioso me ha resultado es ver a los chavales en una esquina retando a la policía que estaba en la de enfrente como si se tratara de un juego, algo divertido o vete tu a saber, eso si con el lema bien aprendido "NO ME TOQUES QUE TENGO MIS DERECHOS" por supuesto saltándose a la torera los de todos los demás sin que ni siquiera lo sepan o les importe.

2 comentarios:

Xurxo Ventos dijo...

Saludos,
Completamente de acuerdo otra vez.
Intervengo porque quería señalar las que a mi modo de ver son algunas de las causas de lo ocurrido, ya quise escribir algo acerca de la situación de los jóvenes de nuestras sociedades pero todavía está en proyecto.
Creo que la actitud demostrada por estos jóvenes es la propia de una juventud entregada al más brutal hedonismo, a la que no le importa ni el futuro ni el pasado ni los demás: tan sólo ellos mismos y en el momento presente. Me parecen individuos fortísimamente alienados, ignorantes de su propia situación e inmersos en una vorágine de inconsciencia que les convierte en dañinos para ellos mismos y para la sociedad.
El egoismo que demuestran en no respetar el descanso de los vecinos, el mobiliario urbano, los trabajadores de la limpieza etc. me parece fiel reflejo de una sociedad que fomenta el individualismo y el goce vulgar de la vida.
Vivo en Italia y fue para mí una sorpresa descubrir que aquí no existe el fenómeno del botellón, y que en los bares de copas no hay nadie en la puerta cambiándote el vaso de vidrio por uno de cartón: todo el mundo o lo lleva dentro o lo deja apoyado sobre una mesa. No quiero decir que sea así en toda Italia (he visto una minimísima parte de la realidad), pero por extrapolación creo lícito suponer que la diferencia es sensible en este asunto.
¿La diferencia? Creo que sea un hecho cultural. Para nosotros, hasta para los más modositos, es normal romper vasos y montar jaleo en la calle, en Italia, hasta a los muchachos problemáticos les da reparo hacerlo.
Para cambiar estas "costumbres" hace falta un intenso trabajo educativo. Y no sólo en la escuela, también la sociedad debe inspirar repulsa de estos actos a los que los comenten, y sobre todo transmitir otros valores.
Un abrazo,
Xurxo

Anónimo dijo...

10 sobre 10. Por cierto que es muy significativo que estos jovenes "luchan por un lugar para divertirse" y muchos "bufones" de los medios, en sus tertulias, hasta se solidarizan con ellos. Sin embargo, los de la huelga del metal de Vigo son unos vándalos ... como dijo aquel ministro pepero: ¡¡¡manda huevos!!! Pero es que luchar porque 45% de contratos de mierda (no basura) a fijos no es tan digno como por espacios de ocio ...Ay los medios vende patrias!!! Salu2. Luis